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El niño que pudo estudiar

El niño que pudo estudiar

El niño que pudo estudiar 

 

Os voy a contar una historia que me contó mi abuela hace mucho ,mucho tiempo cuando el colegio aún no existía. Era un mañana de mayo, cuando el sol despertaba por las colinas del oeste, donde la nieve aún no se había derretido. Era una mañana fresquita y el pastor llamado Antonio pasaba por la fuente antes de subir a las montañas a pastorear con las ovejas. Él no quería ser pastor, soñaba con un mundo en el que toda la gente estudiara. Y pudiera aprender a leer aquel cuento que le leía su abuelo antes de ir a dormir. Siempre que subía a las montañas, se ponía a pensar como sería su vida si supiera leer o escribir y si se supiera la tabla del 2.

 

 

Un día buscando una chaqueta encontró muchos libros, y los cogió. Fue corriendo a ver a su abuelo y preguntarle de qué eran esos libros. Su abuelo le dijo que eran de su madre, pero su madre no quiso estudiar, decía que era muy aburrido. Entonces Antonio le dijo a su abuelo que él si quería aprender a leer y a escribir. Entonces su abuelo se ofreció a ayudarle. Todos los días Antonio se llevaba los deberes al campo e intentaba hacerlos y leer un poco. Por la tarde cuando terminaba de pastorear se iba a casa de su abuelo para que le corrigiera los ejercicios y le escuchara como leía y le preguntaba la tabla del 2.

 

 

Un día su abuelo sacó un libro viejo de su armario , lo abrió y le dijo a Antonio que empezara a leer. Antonio leyó y de repente se dio cuenta de que ya sabia leer , no se atrancaba como antes y que cada palabra que leía era una lágrima más que le caía de su cara. Se dio cuenta de que su sueño se había hecho realidad. Que leer y escribir y saberse la tabla del dos era un aventura más . Para él era como si en su cerebro hubiera un rebaño que alimentar todos los días.

¿Y sabéis que? Ahora mismo está delante nuestra dándonos clase de lengua. Por eso si tú quieres ser como Antonio tienes que alimentar tu rebaño , en la escuela , cada día que va pasando .

 

 

 

 

 

 

 

Autora: Cristina Serra de Torres

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